La hemofilia y el deporte

La hemofilia y el deporte

Hemofilia y deporte son dos aliados importantes. Hoy por hoy, las personas con esta enfermedad pueden, y deben, beneficiarse de las ventajas que la actividad física y el deporte tienen para la salud. La práctica regular de deporte contribuye a fortalecer y proteger tanto las articulaciones como la musculatura. Incrementa la fuerza y la capacidad cardiorrespiratoria, al tiempo que reduce la morbilidad y mortalidad cardiovascular. 

La hemofilia es un trastorno hereditario que afecta al proceso natural de coagulación de la sangre. Y, en ese sentido, el ejercicio también aporta, en relación con la clínica hemorrágica y sus secuelas, una disminución en la frecuencia de los sangrados, las contracturas articulares y la pérdida de la densidad mineral ósea. 

A todos estos beneficios hay que sumar los aspectos psicosociales derivados de su práctica: mejor autoestima, mayor socialización y un incremento en la calidad de vida. 

Juanje estuvo a punto de morir nada más nacer por una hemorragia interna. Su diagnóstico, casi por casualidad, le salvó la vida. Proviene de una familia muy reconocida a nivel nacional e internacional en el mundo del golf. Un deporte que es su vida y al que no ha podido dedicarse profesionalmente como era su sueño. Sin embargo, no hay día que, por un motivo u otro, no pise un campo de golf. Puede que lo encuentres jugando, grabando las instalaciones, organizando un torneo…

Su infancia fue muy diferente a la de los demás niños con hemofilia de su época. Sus padres entendieron que él tenía que correr, subirse a los árboles, jugar, tener una bici…Cuenta con emoción cómo sus padres superaron todos sus miedos para ofrecerle una vida lo más normal posible. Es un ejemplo de cómo la constancia y el autocuidado contribuyen a mantener la enfermedad bajo control.

¿Qué deportes pueden practicar las personas con hemofilia?

Existen diversas recomendaciones a este respecto. Por ejemplo, la Asociación Americana de Pediatría se basa en si el deporte es de contacto o no.  Otras recomendaciones se fundamentan en la incidencia de lesiones que pueden provocar la práctica de ese deporte. Sin embargo, ambos baremos no parecen ser determinantes, y algunos expertos apuestan por realizar diversos estudios biomecánicos, test y análisis, que ayuden a optar por el más adecuado a cada persona. 

A Jaime le apasiona montar en bici, algo impensable cuando era pequeño. Es el menor de tres hermanos con hemofilia. Sus padres no sabían nada de la patología antes de ser diagnosticados sus hermanos. Esa desinformación, junto con la sobreprotección que recibió, le llevó a vivir una vida limitada, tanto en el colegio como en su vida social. 

Un día todo eso cambió, Jaime recibió el permiso médico para practicar deporte y hacerlo regularmente. Y así fue como poco a poco comenzó a hacer ejercicio, superar sus miedos con un plan individualizado para evitar riesgos, y sumar kilómetros y pruebas como el #RetoLaGota de la Asociación de Hemofilia de la Comunidad de Madrid (AsheMadrid).

Sin embargo, existen una serie de deportes que, debido a sus características, parecen ser más aptos para todas las personas con hemofilia, como son la natación, el bádminton, el tenis de mesa, el golf o el ciclismo.

Algunos consejos antes de comenzar:

Es conveniente realizar un calentamiento adecuado y comprobar que los niveles de coagulación son correctos antes de iniciar la práctica deportiva.  

Los profesionales sanitarios recomiendan suspender, de manera inmediata, la práctica del ejercicio ante cualquier molestia ya sea articular o muscular.

También es aconsejable consultar a un fisioterapeuta experto en personas con hemofilia la mejor manera de realizar determinados ejercicios. Este experto podrá realizar las correcciones posturales debidas y acondicionar la forma física del paciente a la práctica deportiva.

¿Por qué hacer deporte?

Aunque con las enfermedades crónicas como la hemofilia existen muchas barreras, superar algunas de ellas supone una gran motivación. Son muchas las personas adultas con hemofilia que vieron muy limitada su actividad física y de ocio durante la infancia, debido a las restricciones antes comentadas sobre el deporte y la hemofilia. 

Cada vez es existe más evidencia científica sobre los beneficios del deporte en estas personas, y que avala la realización de ejercicio con el objeto de corregir la condición física que presentan las personas con hemofilia. De hecho, el ejercicio físico tiene un papel cada vez más relevante en el tratamiento de esta coagulopatía congénita, fundamentalmente en la prevención de los problemas musculoesqueléticos.

Gracias a esta evidencia, la evolución del criterio médico, la investigación y a la nueva manera de abordar la hemofilia, las personas con esta patología gozan de una mejor y mayor calidad de vida. Muestra de ello son Juanje y Jaime, dos personas con hemofilia que disfrutan del golf y del ciclismo.

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