Porque conocen la importancia de atender a la persona en global y no solo su enfermedad, y de hacerlo desde el punto de vista médico y emocional.
Solo con esa empatía, con esa comprensión y con ese acompañamiento al paciente y a sus familiares en todo momento, se consigue el objetivo de mejorar y prolongar la calidad de vida.
Recopilación de las buenas prácticas que llevan a cabo en el hospital, como tarjetas con el nombre de pila del paciente, unificación de los programas de voluntariado y muchas más, destinadas a acompañar al paciente en todo el proceso.
En pacientes oncológicos, lo primero es escuchar, preguntar, dar respuesta, crear un vínculo, que la persona conozca a los profesionales que le van a atender de diferentes disciplinas, que trabajarán con el objetivo común de mejorar su condición.
Es fundamental acompañar a los padres antes y tras el nacimiento, porque están nerviosos, asustados, no saben cómo tratar al bebé, cómo responder a sus señales… Se intenta que todas las acciones se hagan delante de ellos, para que aprendan, para involucrarles en su cuidado y empoderarlos para cuando abandonen el centro.
Como los permisos de paseo, en los que el paciente puede salir del hospital, para ir habituándose poco a poco a la realidad que les espera y salir un poco de la rutina del centro. Esto es especialmente beneficioso para los niños.
Promocionan el ejercicio físico en los mayores. Tras realizarles un test previo, se les crea una pauta de ejercicios para trabajar resistencia, equilibrio o coordinación. También cuentan con el proyecto de gamificación “Recorriendo Navarra”, colocando paneles con imágenes de la comunidad, un diario de viaje y vinilos en el suelo.
Son un total de 4 paseos, de diferentes distancias, y que van pasando por árboles y poesías colocadas en placas junto a ellos. Son paseos seguros, adaptados para sillas de ruedas, para que cualquier paciente pueda disfrutarlos. Una oportunidad de que se encuentren con la naturaleza, y con otras personas.
Como el Jardín de la Memoria, un espacio que refleja tres momentos, el de lo perdido, el de lo agradecido, y el de lo aprendido. Y en frente, unas esculturas de unas sillas, que representan el pasado, el presente y el futuro tras esta enfermedad que lo ha trastocado todo.
Las personas con cáncer no solo quieren vivir más, también quieren vivir mejor. Eso es lo que tienen que conseguir los profesionales de esta área, junto a las asociaciones de pacientes, siempre a través de la humanización, acompañándolos, apoyándoles, haciendo el espacio más agradable y escuchando su voz.
El servicio de admisión quería dejar de ser hostil para las personas que entran al hospital, dejar atrás la ansiedad y la preocupación, y comunicarse mejor con ellos. Cuentan con una plataforma de videointerpretación, para la comunicación en tiempo real entre personas sordas y oyentes, y ayudas para quien no habla castellano.
Son los encargados de organizar actividades que hagan la estancia más agradable para pacientes, familiares y acompañantes, como espectáculos con payasos, teatro, bailes, y mucho más.
Para identificar a los profesionales, se les ocurrió crear unas chapas con los nombres y el cargo de cada compañero. Porque llamar a alguien por su nombre de pila genera un vínculo de confianza con el paciente. También toman medidas para acercar a los niños a las madres ingresadas en la UCI.
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Proyectos pensados para las personas que acercan a pacientes y profesionales.
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