Es el primer mandamiento para la humanización que siguen cada día al pie de la letra en el Hospital Universitario San Jorge, en Huesca.
Tratar a los pacientes como personas, porque así, además, las posibilidades de superar con éxito sus enfermedades se multiplican.
Y lo llevan a cabo desde que entran por urgencias o a una intervención, hasta los momentos más delicados en oncología o hemodiálisis. Y cuando sus pacientes sufren, ellos también sufren. Y cuando se recuperan, siguen sintiendo esa euforia sin igual. Porque para tratar a otro como a una persona, primero hay que serlo.
El Servicio de Farmacia del hospital realiza un envío a domicilio de la medicación para aquellos pacientes para los que acudir al centro supone un problema. Para ello debe realizar un control y un seguimiento, y mantener una atención telefónica. También proporcionan el servicio a personas institucionalizadas, con el apoyo de Cruz Blanca.
La Consulta de Enfermería es un espacio donde se acoge y acompaña al paciente en todo proceso. El objetivo es crear un ambiente de confort y confianza para disminuir la ansiedad del paciente. Apoyarles en este difícil camino, con un cariño que ayude a llevarlo mejor. El trato personal es más que fundamental en esta área.
Durante la pandemia de COVID-19, los profesionales sanitarios tuvieron que adaptarse a la nueva situación. Para mantener la empatía con el paciente, se presentaban a cada uno, crearon un vídeo, establecieron videollamadas, mensajes por Whatsapp con las familias, más adelante dejarles pasar un tiempo… Acciones para que se vieran apoyados en todo momento.
Es importante sentir la humanización desde el primer momento. Saber gestionar ese miedo o ansiedad con el que llega el paciente a Urgencias. Ponerse siempre en su lugar, con amabilidad, e intentar que esté en contacto con los suyos. Tratar de manera especial a cada paciente, incluso en época COVID-19.
Crearon una planta de aislamiento COVID, donde empezaron a ingresar los primeros casos. Personas muy preocupadas por su situación, y con miedo a lo desconocido. Por tanto, tenían que hacer un esfuerzo por estar mucho más cerca de ellos, y llenar ese vacío que no podían ocupar sus familiares, estableciendo vínculos con ellos.
Un servicio al que acuden pacientes con enfermedad renal crónica, muchos ya en estado terminal o esperando un trasplante. Mientras se les realiza sus diálisis periódicas, hay que estar con ellos en todo momento, intentar animarlos, resolver sus dudas, hablar con ellos… Y todo se hizo más difícil con la pandemia.
En Oncología, en ese momento tan delicado como es el proceso de despedida, hay que atender las necesidades de confort, de conversación, de sensibilidad, o simplemente estar ahí. Tanto para el paciente como para su familia, atender sus dudas, su dolor, y crear un ambiente de paz, tranquilidad y amor.
Intervienen teniendo en cuenta la perspectiva biopsicosocial de las personas, tratándolas en todas sus circunstancias. Pueden ser necesarias en cualquiera de las áreas o especialidades del centro. Un trabajo muy dinámico, y que debe adaptarse y personalizarse para cada paciente y para cada red de personas que le rodean.
Como consecuencia de la pandemia, se organizaron grupos de soporte psicológico y consultas personalizadas para trabajadores, pacientes y familiares con el fin de que pudieran expresar sus sentimientos y experiencias durante ese periodo, para así recibir ayuda mediante diferentes técnicas.
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