La humanización, para todos los que forman parte del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, no es algo que se realiza un solo día. No existe el “Día Mundial de la Humanización” para ellos.

Es algo que se transmite cada día, cada hora, cada segundo. Una norma interiorizada que seguir en todo momento. Llevan a cabo numerosos proyectos para pacientes de cualquier edad o condición, para que sientan que se preocupan por ellos, y que hay un profesional que les entiende, y que está ahí para acompañarlos. Y la única forma de conseguirlo, es con amor por la medicina, y por las personas.

Se encarga de idear acciones que consigan una atención más humana a pacientes y familiares. Formada por un equipo multidisciplinar, con todo tipo de profesionales, que comparten la vocación por cambiar y mejorar las cosas.

La idea es aportar una parte de gestión emocional para los pacientes en diálisis. Se trata de un taller con actividades como puzzles o meditaciones, en las que los profesionales también participan.

En Oncología, la humanización es totalmente prioritaria. Acondicionaron la sala de espera o habilitaron los pasillos con una decoración con árboles que aportan alegría, y otras medidas que hagan más agradable su situación y dé fuerza a los pacientes.

La idea es que dispusieran de tiempo fuera del centro, que tuvieran un espacio al aire libre, donde poder relacionarse unos con otros y disfrutar momentos donde la enfermedad no sea la protagonista y ganen en ilusión e independencia.

Llevan música al hospital, a través de recitales en directo, sobre todo a la planta de paliativos, para poder evadirse y llevar un poco de luz en esa situación tan difícil.

Cuando una persona, por una enfermedad o un accidente, pasa a ser dependiente, le acompañan en esa nueva realidad, le escuchan, le sirven de apoyo, y le hacen sentir que pertenecen al equipo de trabajo. Todo para que afronten con fuerza ese nuevo camino.

Acompañan a los padres desde que se da la mala noticia, se realiza la intervención y se lleva el seguimiento hasta atención primaria. Les entregan una bolsita, con objetos personales como una cartulina con la huella de las manos y los pies, el nombre del bebé o su ropa, para que puedan tener un recuerdo.

Llevan a cabo lo que ellos llaman Código Mariposa, que es una lámina que se pone en la puerta para avisar de lo que está pasando para que todo el mundo esté en silencio y muestre respeto. Además, los padres reciben apoyo de psicólogos para llevar el duelo de la mejor manera.

Tienen un colegio para los niños que están ingresados, pero uno muy especial, porque está también abierto a la participación de familiares y personal del hospital. Todo para que aprendan cosas, no pierdan su rutina y normalicen su estancia allí.

Cada habitación del área oncohematológica infantil tiene una temática distinta, con su animal que le da nombre, para que no la llamen por un frío número. Además, pueden compartir e interactuar con otros niños. El objetivo es ponerse en su lugar, y pensar qué querrían ellos a esa edad.

En Nefrología llevan a cabo diferentes iniciativas dirigidas a los niños, como favorecer el acompañamiento de los familiares, proponerles diferentes actividades, enseñarles los tipos de terapia o presentarles a otros niños que las están siguiendo, para que tengan la máxima información y el mínimo estrés.

Se diseñó un área quirúrgica para que estuvieran más cómodos, en un entorno acogedor. Con paneles, dibujos, luces que cambian o sonidos que le distraen, y un diploma de valentía cuando terminan para agradecerles su valor y colaboración.

Tienen diferentes boxes para cada necesidad, y acondicionaron la azotea para convertirla en un espacio de entretenimiento, y que puedan ver el cielo, jugar y salir un rato. También cuentan con una escuela de padres, para enseñarles los cuidados que necesitarán sus hijos fuera.

Ante el desconocimiento por la pandemia, crearon la figura del coordinador COVID, que se encargaban de poner en marcha los protocolos. Por ejemplo, la figura del enfermero espejo, para que siempre hubiera alguien contigo cuando te ponías o quitabas el EPI, o la creación de un servicio especial de catering para ellos.

Entregan libros a los pacientes en sus habitaciones, porque nada como la lectura para evadirse de la situación que cada uno vive en esos momentos.

A través de vídeos en redes sociales, van presentando a los diferentes profesionales que trabajan en el hospital, así como las áreas del mismo. Una forma más cercana y directa de conocer, que puede llegar a mucha gente. Hacen hasta 3 directos cada día contando historias que suceden, o respondiendo a las dudas de la gente.

Querían darle vida al exterior del hospital, a través de plantas y flores, para que la primera impresión de los que lleguen sea más alegre y optimista. Tienen también un olivo que funciona como homenaje a los donantes, y van dando formas a sus ramas de diferentes órganos.

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Proyectos pensados para las personas que acercan a pacientes y profesionales.

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