Sostenibilidad: abejas y biodiversidad #EverGreener

Cómo los empleados convirtieron una planta industrial en un paraíso para abejas y otros animales

Cuando Sandra Keller cruza la fábrica de Roche en Mannheim, Alemania, su mirada se pierde en un mar de flores, con abejas que zumban y pájaros cantando de fondo. En medio de esta idílica vegetación, uno casi olvida que estamos en una enorme planta industrial con más de 8.300 empleados.

Sandra es la paisajista y arquitecta responsable del diseño de los espacios verdes del lugar. Sus colegas la llaman cariñosamente la "gobernante de toda la vegetación". Ella misma dice: "El trabajo me hace feliz. Trabajo mucho frente al ordenador, pero disfruto pasando tanto tiempo al aire libre. Siempre estoy pensando en lo que podemos hacer mejor."

Su objetivo es "darle un poco de espacio a la naturaleza". Esto también incluye proporcionar hábitat a tantos animales como sea posible. Desde 2016, se han plantado un total de cinco prados de flores y se están planificando otros nuevos. Hay numerosos "hoteles" de insectos diseminados por la planta, que brindan refugio a insectos con diversas necesidades de “vivienda”. Dos estanques albergan peces, libélulas e incluso un tritón.

Las dos colonias de abejas son una adquisición reciente. La idea surgió de Dietmar Beck, responsable del mantenimiento del edificio en Mannheim. "Hablé con un colega que también es un apicultor aficionado. Esto dio pie a la idea de instalar colmenas en el lugar. Luego emplazamos dos colonias de abejas en el parque cerca del antiguo casino. Después queremos poner una o dos colmenas más en el techo de nuestro nuevo aparcamiento."

Sandra y Dietmar trabajan codo con codo para hacer que las plantas del lugar sean lo más amigables posible con las abejas. Para ello se plantaron nuevos arbustos que transportan polen temprano. Al mismo tiempo, se agregaron plantas que florecen mucho más allá del verano para que las abejas también puedan encontrar alimento también en otoño.

Los techos también tienen vegetación y ofrecen espacio adicional para las abejas y todo tipo de insectos en casi 1.8000 m², el equivalente a dos buenos campos de fútbol y medio. Las abejas están encantadas con todo esta atención especial: en la primera cosecha ya produjeron 50 kilogramos de miel. La etiqueta lleva la inscripción correspondiente "Un vaso lleno de felicidad".

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