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Visibilizar la Esclerosis Múltiple: la emotiva carrera de Eric Domingo y Silvia Roldán

Correr con el corazón: la historia de Eric Domingo y Silvia Roldán para visibilizar la esclerosis múltiple

En un mundo donde las historias de superación suelen pasar desapercibidas, la de Eric Domingo y su madre, Silvia Roldán, destaca por su fuerza, humanidad y compromiso. No solo comparten lazos familiares: también han convertido el deporte en un altavoz para visibilizar la esclerosis múltiple, una enfermedad que cambió sus vidas, pero no su espíritu.

Un diagnóstico que lo cambió todo

La vida de Silvia Roldán dio un giro inesperado hace más de dos décadas, cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica crónica que afecta al sistema nervioso central. Con el paso de los años, su movilidad se vio cada vez más comprometida, hasta depender por completo de una silla de ruedas.

Para Eric Domingo, que recibió esta noticia durante su juventud, aceptar la situación no fue fácil. Lo que comenzó como desconcierto y frustración acabó convirtiéndose en un motor para pasar a la acción. Y fue precisamente en el deporte donde encontró el vehículo perfecto para expresar su amor por su madre.

Batiendo récords para visibilizar la esclerosis múltiple

En 2016, Eric tuvo una idea que cambiaría su historia familiar: empujar a su madre en una carrera solidaria para la esclerosis múltiple. Ese primer reto, en una carrera popular de Barcelona, marcó el inicio de una trayectoria conjunta llena de retos físicos, emocionales y logros.

Desde entonces, han recorrido juntos miles de kilómetros en maratones de distintas ciudades del mundo. Sin ir más lejos, en 2024 batieron el récord Guinness del mundo durante la Maratón de Valencia. Silvia, en su silla, y Eric, junto con ella, lograron recorrer 42 kilómetros en 2 horas y 42 minutos.

Eric y Silvia no solo cruzan metas en las carreras: cruzan barreras sociales y mentales, demostrando la importancia del apoyo familiar en la esclerosis múltiple.

Una inspiración que no se detiene

Eric y Silvia han demostrado que las verdaderas carreras no siempre se ganan con medallas, sino con coraje. Lo suyo no es solo correr: es enseñar al mundo que el amor puede empujar más fuerte que cualquier limitación física. Su historia sigue creciendo, inspirando a otras familias, deportistas y personas diagnosticadas con esclerosis múltiple.

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