Soy originaria de Luisiana y me incorporé a Genentech en 2011 tras realizar un Máster en Administración de Empresas en Negocios Sostenibles. Una de las razones por las que me trasladé a la Zona de la Bahía fue por la abundancia de naturaleza a escasa distancia. El océano y la bahía, tantos parques y reservas, nieve para practicar el esquí, montañas para escalar, bosques de secuoyas y playas de arena, todo está al alcance de la mano.
Desde que me mudé a la zona en 1999, el impacto del cambio climático ha sido muy evidente. Este otoño, en un esfuerzo por prevenir los incendios, la electricidad para las casas en la zona permaneció cortada durante un total de cinco días. Esto se debió a los fuertes vientos y al riesgo de que los cables derribados causaran chispas. La primera vez estuvimos dos noches jugando a la luz de las velas y disfrutamos juntos del tiempo sin pantallas. Una semana después, nos quedamos sin electricidad durante tres días y no pudimos salvar un congelador lleno de carne y salmón real que mi marido había pescado. En un momento dado, había tres incendios forestales activos a una distancia peligrosa alrededor de nuestra casa. La novedad había desaparecido. Nos dimos cuenta de que esto es el comienzo de una nueva normalidad con un elevado riesgo de incendios y olas de calor, además de terremotos.
Eso no fue todo. Debido a la sequía no pudimos regar nuestro jardín y, en consecuencia, cinco grandes y preciosos árboles que teníamos plantados murieron. Se calcula que hay más de 149 millones de árboles muertos en toda California a causa de la sequía y la plaga de escarabajos, y además estos árboles son ahora combustible para los incendios forestales.
¿Mi deseo? Que todo el mundo reaccione y perciba la urgencia, y se esfuerce por tomar medidas en relación con el clima. Medidas reales. En el trabajo me gustaría que el impacto sobre el clima se incluyera como parte de cada decisión.
En 2018, debido a los incendios forestales, el colegio de mi hijo cerró durante tres días a causa de la peligrosa calidad del aire. Podíamos ver la nube de humo sobre San Francisco. Una buena amiga mía se llevó a su familia lejos de la zona de la Bahía, ya que su hijo desarrolló problemas pulmonares. No podemos transmitir estos problemas a la siguiente generación para que los resuelva.
Desde Daca hasta Londres, nuestros empleados hablan de los desafíos climáticos a los que se enfrentan en su día a día.
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